La coxigodinia es el dolor que se produce en la zona del coxis, que se corresponde con la parte final de la columna vertebral y la rabadilla. En la mayoría de las ocasiones, las molestias se intensifican al estar sentado o al adoptar posturas que puedan provocar presión sobre este hueso.
En ocasiones, el dolor también afecta a la zona lumbar, aunque es difícil aclarar si se produce a causa de las molestias en el coxis, como un dolor reflejado, o por las posturas, en muchos casos forzosas, que hay que adoptar para evitar el dolor. También puede suceder que los síntomas empeoren con el estreñimiento y se reduzcan con la evacuación. La aparición de hematomas y la sensación de entumecimiento en la rabadilla y los glúteos también son signos comunes de coxigodinia.
Normalmente, el dolor en la zona coxígea está provocado por una lesión o traumatismo que se ha producido a causa de un golpe o una caída, o debido a la repetición de algún ejercicio o actividad de la que se pueda derivar presión sobre el coxis, como montar a caballo o ir en bicicleta. Un parto también puede provocar coxigodinia, ya que, durante el mismo, la cabeza del bebé pasa por encima de la parte superior de este hueso y puede lesionar sus estructuras (discos, ligamentos o huesos). Rara vez las molestias se derivan de una infección o un tumor.
El dolor de coxis suele tardar bastante tiempo en remitir, aunque depende de la causa que lo origine y de su gravedad. Normalmente, un hematoma en el coxis tardará unas cuatro semanas en desaparecer, mientras que si se trata de una fractura, los síntomas no comenzarían a remitir hasta las ocho o las 12 semanas.
Existen una serie de pautas y recomendaciones que pueden ayudar a reducir el dolor de coxis y a hacer más llevadera la recuperación, sin embargo, siempre es necesario acudir a un especialista para que realice un diagnóstico correcto y pueda establecer un tratamiento adecuado a la causa que lo origine.
Recomendaciones para aliviar el dolor de coxis
Durante los primeros días o semanas después de la lesión, lo recomendable es:
- Guardar reposo: Es aconsejable suspender cualquier actividad física, especialmente la que produzca o incremente el dolor, en los días posteriores a la aparición de los síntomas.
- Aplicar hielo: Es recomendable para reducir la inflamación y acelerar la curación. El hielo debe aplicarse unas dos o tres veces al día, durante 20 minutos.
- Tomar analgésicos: Ciertos medicamentos, como el ibuprofeno, ayudarán a reducir el dolor, aunque siempre es conveniente consultar con un especialista aspectos como la cantidad recomendada o los tiempos de toma (en ocasiones, el uso de analgésicos y antiinflamatorios no está recomendado durante las primeras 24 horas posteriores a una lesión, ya que aumentan el riesgo de un posible sangrado).
Cuando el dolor comience a remitir, es conveniente retomar la actividad física, aunque siempre con cierta precaución. Durante todo el proceso de recuperación, entre las recomendaciones para aliviar el dolor se incluyen:
- Usar un cojín especial: Son soportes de gel o goma que se pueden adquirir en farmacias. Suelen tener forma de aro, con un agujero, de manera que sirven como base de apoyo a la vez que evitan la presión en el coxis.
- Evitar estar sentado durante mucho tiempo: No es recomendable permanecer sentado durante largos periodos de tiempo. También es conveniente evitar sentarse sobre superficies duras, así como intentar alternar la distribución del peso entre las nalgas.
- Evitar el estreñimiento: Beber muchos líquidos a lo largo del día y comer alimentos que contengan fibra, ayudará a ablandar las heces y evitará el estreñimiento, que puede empeorar la coxigodinia.
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